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Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII)

¿Qué es la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII)?
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es un trastorno que produce la «inflamación» del aparato digestivo. La inflamación es la reacción del organismo a una lesión, infección o irritación, y puede producir enrojecimiento, hinchazón y dolor. La EII es un «trastorno crónico», lo que significa que dura toda la vida y es permanente. Aunque en la actualidad no existe cura para la EII, los tratamientos disponibles pueden ayudar a controlarla [1].

Existen dos tipos comunes de EII, la «enfermedad de Crohn» y la «colitis ulcerosa» (CU). Aunque los síntomas pueden ser similares, afectan a distintas partes del aparato digestivo. 

¿Qué es la colitis ulcerosa?
La colitis ulcerosa (CU) produce una inflamación extensa e ininterrumpida en la mucosa interna del colon. Además de inflamación, las personas con CU también pueden presentar úlceras en la mucosa del colon, las cuales pueden sangrar y producir mucosidad [2].

Existe tres tipos distintos de CU, que se clasifican con base en la extensión de intestino grueso afectada: [3]

  • Proctitis: únicamente el recto está inflamado.
  • Colitis izquierda: consiste en la inflamación del recto y de la parte izquierda del colon.
  • Colitis total (también denominada «pancolitis»): afecta a todo el colon. 

¿Qué es la enfermedad de Crohn?
La enfermedad de Crohn es un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal que puede producir inflamación en cualquier parte del intestino, pero con más frecuencia en una parte del intestino delgado denominada «íleon» o en una parte del intestino grueso denominada «colon» [4]. A diferencia de la inflamación extensa e ininterrumpida que presentan los pacientes con colitis ulcerosa, la inflamación en los pacientes con enfermedad de Crohn a menudo es fragmentaria [4, 5]. En la enfermedad de Crohn, la inflamación se puede extender hasta las capas más profundas de las paredes del intestino, a diferencia de la colitis ulcerosa, donde la inflamación se limita a la superficie de las paredes del intestino [5]. La enfermedad de Crohn activa puede afectar a la capacidad del organismo de digerir los alimentos, absorber los nutrientes y eliminar los desechos [4].

¿Cuáles son los factores de riesgo para la EII?
Se desconoce qué es lo que causa la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, aunque existen varios «factores de riesgo» asociados a cada una. Algunos factores de riesgo son:

  • Genéticos
    • Genes hereditarios que pueden hacer que una persona sea más susceptible a desarrollar la enfermedad de Crohn.
    • Las personas con un familiar cercano (por ejemplo, progenitor, hermano/hermana o hijo) con enfermedad de Crohn o CU presentan un riesgo más elevado de desarrollar estos trastornos.
  • Una reacción patológica del sistema inmunitario a las bacterias de los intestinos.
  • Factores ambientales: virus, bacterias, dieta, tabaco, estrés y algunos medicamentos [3, 6].
  • Vivir en áreas urbanas (ciudades y poblaciones urbanas) o en países más desarrollados del hemisferio norte.
  • Raza: la EII se da con más frecuencia en personas de raza blanca.
  • Edad: la EII empieza con más frecuencia entre las edades de 10 y 40, pero puede aparecer a cualquier edad [3, 7].

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa?
Los síntomas de ambos trastornos pueden ser muy distintos entre pacientes, debido a diferencias en el grado de inflamación, y a la localización. Tanto en la enfermedad de Crohn como en la CU, se pueden dar casos en los que hay muy pocos o ningún síntoma. También pueden darse casos en los que la enfermedad se vuelve más activa y los síntomas empeoran. Esto se conoce como «exacerbaciones» [2].

Entre los síntomas más comunes de la enfermedad de Crohn y la CU se incluyen el sangrado rectal (sobre todo en la CU), el dolor de barriga, la diarrea, el cansancio, sensación general de malestar, la fiebre, úlceras en la boca, la pérdida de apetito, la pérdida de peso y la anemia (número reducido de glóbulos rojos) [8].

Las personas con enfermedad de Crohn pueden desarrollar otros problemas, como «estenosis» o «fístulas». La estenosis consiste en el estrechamiento de zonas del intestino debido al tejido cicatricial producido por la inflamación y cicatrización reiteradas. Las fístulas son canales o pasajes patológicos que se forman entre un órgano interno y otro, o hacia la superficie exterior del cuerpo [4].

En las personas con enfermedad de Crohn y CU, se pueden dar perforaciones en la pared del intestino con la inflamación muy activa u obstrucciones, lo que puede ocasionar fugas del contenido intestinal. Una complicación poco frecuente y potencialmente mortal de la CU es el «megacolon tóxico», que consiste en una acumulación extensa y grave de gases digestivos, que hace que el colon se hinche y que aumenta el riesgo de infección y shock [3,9].

La enfermedad de Crohn y la CU también pueden causar problemas fuera del aparato digestivo. Los más frecuentes son: [3, 4, 6, 7]

  • Inflamación de las articulaciones («artritis»).
  • Inflamación y enrojecimiento de los ojos.
  • Zonas de la piel enrojecidas, hinchadas o con ampollas.
  • Llagas en la boca.
  • Huesos frágiles («osteoporosis»).
  • Piedras en el riñón.

¿Cómo se diagnostica la EII?
El médico puede primeramente sospechar que un paciente tiene EII con base en los síntomas que presenta. Algunas de las pruebas que el médico puede hacer para confirmar un diagnóstico de EII son:

  • Análisis de sangre o de heces: habitualmente utilizados para evaluar si una persona presenta inflamación en el cuerpo y si esta se debe a una infección determinada.
  • «Endoscopia»: un tubo largo con una cámara se introduce por el ano (para ver el recto y el colon) o a través de la boca (para ver el esófago y el estómago). A un paciente se le podría realizar una endoscopia si un análisis de sangre o de heces indica la presencia de inflamación.
  • «Capsuloendoscopia»: el paciente se traga una cápsula pequeña que contiene una cámara y luz que toma fotografías del interior del aparato digestivo del paciente. Se usa menos que la endoscopia regular y puede no ser adecuada para algunos pacientes debido a la ubicación de la enfermedad, o al estrechamiento de los intestinos por estenosis.
  • RM, TC y ecografía: se utilizan para localizar la EII en el paciente y para determinar la extensión de la enfermedad en los intestinos, por ejemplo, para ver si hay fístulas.

Es posible que haya que realizar estas pruebas regularmente para comprobar la gravedad del trastorno y si los tratamientos funcionan [3, 4, 6].

¿Cuáles son las opciones de tratamiento para la EII?
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son enfermedades crónicas, lo que significa que son enfermedades que duran toda la vida y no se pueden curar. Existen tratamientos que pueden ayudar a manejar los síntomas y la inflamación. La finalidad del tratamiento es controlar la inflamación y suprimir los síntomas (alcanzar la «remisión») y a continuación, continuar sin síntomas con tratamiento regular para mantener la enfermedad bajo control («tratamiento de mantenimiento») [3, 6].

Debido a que la principal causa de los síntomas en la EII es la inflamación, la mayoría de los tratamientos tienen como finalidad reducirla. Estos son los denominados fármacos «antiinflamatorios», e incluyen los corticoesteroides, los inmunodepresores y los fármacos biológicos. A los pacientes también se les puede administrar un fármaco que actúe sobre un síntoma determinado, como la diarrea. Si una persona presenta un trastorno especialmente grave o necesita un tratamiento con respuesta rápida, es posible que tenga que tomar más de un fármaco al mismo tiempo. Esto es lo que se denomina «politerapia», y puede contribuir a que algunos fármacos sean más eficaces [3, 10].

La cirugía también es una opción de tratamiento para la enfermedad de Crohn y la CU. Las intervenciones quirúrgicas que se realizan con más frecuencia en pacientes con enfermedad de Crohn son para eliminar la estenosis en el aparato digestivo («estricturoplastia») y para eliminar las porciones muy inflamadas de los intestinos («resección») [4].

Las intervenciones quirúrgicas se realizan más a menudo en la CU, y hasta 1 de cada 4 pacientes con el tiempo necesitan cirugía. Con frecuencia, estas personas presentan CU muy grave con exacerbaciones regulares, y a menudo presentan pancolitis, en lugar de los otros tipos de CU. El tipo más común de intervención quirúrgica para la CU es una extirpación total del colon y el recto («proctocolectomía») o la extirpación de una parte del colon («reservorio ileal con anastomosis reservorio-anal» [RIARA])[ 11].

Se están investigando nuevas opciones de tratamiento para los pacientes con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa que no responden o dejan de responder a los fármacos antiinflamatorios disponibles [12, 13].

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